martes, 23 de abril de 2013

Poesia Celta


POESIA CELTA







En lo más oscuro del umbrío helecho

Una pequeña duende he descubierto.

Flores e hilo de seda la vestían,

Mientras dejaba que pasase el día.

En espera de la oscuridad.

Echado sobre el musgo y a su lado

Había un niño, en plumas abrigado,

De tez muy blanca y pelo muy oscuro.

Mientras ella miraba el crepúsculo,

En espera de la oscuridad.

Junto a la dama me senté, callado,

Y sin saber o no si hablarle de algo,

Puesto que nada venía a mi mente.

Más la dama me dijo: ¡que amable eres

De esperar también a la oscuridad!

“¿Te encuentras perdida?” Inquirí a la dama

“¿o es que es este verde helecho tu casa?”

“¿Crees tú que esta noche vendrá alguien más?”

Ella sonrió y empezó a cantar

A su niño duende.

Este dormía, y ella me contaba

Del Mar y Tierra la profunda magia,

Y me habló de encantos potentes y antiguos.

“Úsalos bien y sé osado”, me dijo

“cuando los pronuncies al atardecer”.

“¿Puedo usarlos yo?” La dama sonrió

Mientras al niño del suelo cogió.

“Claro”, me dijo, “porque éste es tu premio

Por quedarte aquí hasta que en el cielo

La Luna ha salido”.

Tomé asiento a su lado, pensativo,

Vigilante, cuando al pronto oí un ruido

De galope a través de los helechos

“¿Me aguardasteis, señora de mis sueños?”

La voz de otro duende susurró.

Un noble duende de hiedra vestido

Armado de espada y con daga al cinto

Paró su caballo entre los helechos

¡Oh! Mi corazón temblaba de miedo

Al ver sus negros ojos.

Llegó la noche; las aves callaban,

La Luna salía tras la montaña.

De repente, me sentí abandonado.

“No receles, que tú mismo has bordado

El tejido de la amistad”.

Díjome la dama, alzando su diestra.

Lucía su frente hermosa diadema

En que la Luna miraba su luz.

“¿Querrás concederle algún premio tú?”

Preguntó a su señor.

“¿A este vigilante, amigo valiente?

“Es enemigo, y lo ha sido siempre”

Repuso el duende, y ella dijo: “no”,

“Porque entre los helechos nos guardó”.

Me sonrió el caballero.

“No sabía que alguien nos quería bien”,

Y su voz sonó como un cascabel,

Mientras sacaba de un dedo un anillo.

“Este a la Tierra te mantendrá unido”,

Dijo, “y a la Magia, también”.

La gema era blanca como la Luna,

Y el aire arrastraba una triste música.

La dama y el caballero montaron

Y por el bosque a galope marcharon.

Yo me quedé solo.

Que no existen duendes dice la gente.

Yo he oído sus voces muy claramente,

Y cuando me siento entre los helechos,

Algunos encantos yo mismo he hecho

Que la dama me enseñó.

El anillo siempre llevo en mi mano

Y con su piedra me siento amparado.

Y a veces encuentro a mis dos amigos

En el bosque de helechos escondidos,

En secreto.

De que existe la Magia estoy bien seguro

Y cuando el Sol deja paso a lo Oscuro,

A la Tierra en mi alma latir yo siento,

Y nunca echaré de mis pensamientos.

A la dama duende y a su caballero.

Poesia celta

D. J. Conway

23 de Abril día de San Jorge ,en Catalunya : "San Jordi"


23 de abril, día de San Jorge



Hoy, 23 de abril, conmemoramos a San JORGE, Mártir.

SAN JORGE (¿?-303) nació en Capadocia, en la actual Turquía, en el seno de una familia cristiana leal al Imperio Romano, durante la segunda mitad del siglo III.

Al igual que su padre, Jorge ingresa al ejército cuando cumple la mayoría de edad. Por su carisma y aptitudes sube muy pronto de rango, hasta llegar a formar parte de la guardia personal del emperador Diocleciano en la región oriental del Imperio.

Cuando Diocleciano decretó las crueles persecuciones contra la cristiandad, San Jorge permaneció incólume, y declaró abietamente cuál era su religión. Tal confesión, sin embargo, le ganó el odió del emperador, quien ordenó que fuera torturado con saña ejemplar. Se dice que San Jorge resistió todos los suplicios sin emitir una sola queja. Esto ocurrió en la ciudad de Lidda, la actual Lod, en Palestina, cerca de Tel Aviv.

Como sucede con otros santos de las primeras épocas del cristianismo, la vida de Jorge de Capadocia se confunde con lo legendario. Y más aún debido a que su culto se propagó rápidamente por toda la cristiandad desde comienzos de la Edad Media.

Una leyenda (que fue añadida hacia el siglo IX) lo relaciona con una pequeña ciudad cuyas fuentes de agua habían caído bajo el poder de un dragón. Cada vez que necesitaban agua, elegían a uno de los habitantes para que distrajera al dragón mientras todos los demás acudían por el preciado líquido. El elegido, sobra decir, era devorado por la bestia.

En una ocasión en que la suerte había señalado como víctima del sacrificio a la princesa del lugar, ocurrió que San Jorge iba pasando por ahí en su caballo. Cuando se enteró de lo que ocurría, acudió presto y dio muerte al dragón, salvando así a la princesa y liberando a la ciudad.

Los intérpretes ven un rico simbolismo en esta escena: San Jorge representa a Cristo, que montado en su corcel, o sea la Iglesia, mata al dragón, que representa a las fuerzas del mal, y libera a la princesa, es decir a todo el cristianismo.

Es asombrosa la popularidad de que este santo siempre ha gozado a lo largo de la historia.
San Jorge es el santo patrono del Reino de Inglaterra, del Imperio Bizantino, de Georgia, Etiopía, Grecia, Serbia, Tirol, Aragón y Cataluña, Génova y Barcelona; de 13 órdenes de caballería; de los soldados, campesinos, jinetes, mineros, talabarteros, herreros, jóvenes excursionistas, artesanos, campistas, cautivos, de los hospitales, de los caballos y del ganado.

SAN JORGE nos ofrece un ejemplo de lealtad valiente hacia las convicciones de fe.


Sibila.