LA FILOSOFIA DE LA MUSICA
Manly P. Hall
Es muy probable que los
iniciados griegos obtuvieran su conocimiento de los aspectos filosóficos
y terapéuticos de la música de los egipcios, quienes, en cambio,
consideraban a Hermes como el fundador del arte. Según cuenta una
leyenda, este dios construyo la primera lira tensando cuerdas a lo largo
de la concavidad de un carapacho de tortuga. Tanto Isis como Osiris
fueron protectores de la música y la poesía. Al describir la antigüedad
de estas artes entre los egipcios, Platón decía que las canciones y la
poesía habían existido en Egipto por al menos diez mil años, y que
estas eran de una naturaleza tan excelsa e inspiradora que solo los
dioses o los hombres divinos las podían haber compuesto. En los
Misterios, la lira es considerada el símbolo secreto de la constitución
humana; el cuerpo del instrumento representaba la forma física, las
cuerdas eran los nervios, y el músico era el espíritu. De esta forma,
tocando sobre los nervios, el espíritu creaba las armonías del
funcionamiento normal; las cuales, sin embargo, se tornaban disonantes
si la naturaleza del hombre se corrompía.
Mientras que los primeros
chinos, hindúes, persas, egipcios, israelitas y griegos empleaban tanto
la música vocal como la instrumental en sus ceremonias religiosas,
también para complementar su poesía y drama, quedo en manos de Pitágoras
elevar el arte a su verdadera dignidad al demostrar su fundamento
matemático. Aunque se dice que el mismo no era músico, ahora a
Pitágoras generalmente se le acredita el descubrimiento de la escala
diatónica. Habiendo aprendido primero la teoría divina de la música de
los sacerdotes de los diversos Misterios dentro de los cuales el había
sido aceptado, Pitágoras medito por varios anos sobre las leyes que
gobernaban la consonancia y la disonancia. Actualmente se desconoce
como el resolvió el problema; mas la siguiente explicación ha sido
fabricada.
Un día, mientras meditaba
sobre el problema de la armonía, Pitágoras paso por casualidad por la
tienda de un brasero donde los trabajadores estaban pegándole a un
pedazo de metal sobre un yunque. Al notar las variaciones en tono entre
los sonidos hechos por grandes martillos, y aquellos hechos por
implementos mas pequeños, y al estimar cuidadosamente las armonías y
discordancias que resultaban al combinar estos sonidos, el obtuvo su
primera pista de los intervalos musicales de la escala diatónica. El
entonces entro a la tienda; y, tras examinar cuidadosamente las
herramientas y hacer anotaciones mentales de sus pesos, regreso a su
casa y construyo un brazo de madera que se extendía desde la pared de su
habitación. En intervalos regulares a lo largo de este brazo, el
agrego cuatro cuerdas, todas de igual composición, tamaño y peso. A la
primera le agrego un peso de doce libras; a la segunda, uno de nueve; a
la tercera, uno de ocho; y a la cuarta, uno de seis. Estos diferentes
pesos correspondían a los tamaños de los martillos del brasero.
Por consiguiente,
Pitágoras descubrió que, cuando sonaban juntas, la primera y cuarta
cuerda producían el intervalo armónico de la octava; ya que doblar el
peso tenía el mismo efecto de reducir la cuerda a la mitad. Siendo la
tensión de la primera cuerda el doble que la de la cuarta, se dice que
su proporción era 2:1, o doble. Por una experimentación similar, el
averiguo que la primera y tercera cuerda producían la armonía de la
diapente, o el intervalo de quinta. Se dice que la proporción de la
tensión de la primera cuerda, siendo de nuevo tanto como la de la
tercera, era de 3:2, o sesquitransformada. De igual forma, la segunda y
cuarta cuerda, que tenían la misma proporción que la primera y la
tercera, producían una armonía diapente. Al continuar su investigación,
Pitágoras descubrió que la primera y segunda cuerda producía la armonía
del diatesarón; o el intervalo de tercera; y la tensión de la primera
cuerda, que era un tercio mayor que la de la segunda, tenía una
proporción de 4:3, o sesquiterciana. Como la tercera y cuarta cuerda
tenían la misma proporción que la primera y la segunda, producían otra
armonía del diatesarón. Según Iamblico, la segunda y tercera cuerda
tenía una proporción de 8:9, o “epogdoan”.
La clave de las proporciones armónicas se oculta en el famoso “tetractys” pitagórico. El “tetractys”
se compone de los primeros cuatro números ---1,2, 3 y 4---- los
cuales revelan en sus proporciones los intervalos de la octava, la
diapente y el diatesarón. Mientras que la ley de los intervalos
armónicos, como se expone arriba, es cierta, en lo sucesivo se ha
probado que los martillos golpeando los metales en la forma descrita en
realidad no producirán los diferentes tonos que se le atribuyen. Por
lo tanto, y con toda probabilidad, Pitágoras trabajo su teoría de la
armonía desde el monocordio ---un artefacto que consiste de una cuerda
sencilla estirada entre dos clavijas y provista de trastes movibles.
Para Pitágoras, la música
era una dependencia de la ciencia divina de las matemáticas, y sus
armonías estaban controladas inflexiblemente por las proporciones
matemáticas. Los pitagóricos afirmaban que las matemáticas demostraban
el método exacto por el cual el Bien se estableció y mantuvo su
universo. Por lo tanto, el número precedió a la armonía, ya que esta
era la ley inmutable que gobierna todas las proporciones armónicas.
Tras descubrir estas proporciones armónicas, Pitágoras inicio
gradualmente a sus discípulos en esto, el arcano supremo de sus
Misterios. El dividió las numerosas partes de la creación en un número
amplio de planos o esferas, a las cuales le asigno un tono, un intervalo
armónico, un número, un nombre, un color y una forma. Entonces
procedió a probar la veracidad de sus deducciones al demostrarlas en los
diferentes planos de inteligencia y substancia que van desde la premisa
lógica más abstracta al solido geométrico más concreto. También
estableció la existencia indiscutible de ciertas leyes naturales desde
la concordancia común de estos variados métodos de prueba.
Una vez establecida la
música como una ciencia exacta, Pitágoras le aplico su recién encontrada
ley de intervalos armónicos a todos los fenómenos de la Naturaleza; y
fue aun mas lejos al demostrar la relación armónica que tenían los
planetas, constelaciones y elementos entre sí. Un ejemplo significativo
de la corroboración moderna de las enseñanzas filosóficas antiguas es
aquella de la secuencia de los elementos según sus proporciones
armónicas. Mientras realizaba una lista de los pesos armónicos de los
elementos en orden ascendente, John A. Newlands descubrió una notable
repetición de propiedades en cada octavo elemento. En la química
moderna, a este descubrimiento se le denomina la ley de las octavas.
Como sostenían que la
armonía debe determinarse no por la percepción del sentido sino por la
razón y las matemáticas, los pitagóricos se autoproclamaron Canónicos, a diferencia de los músicos de la Escuela Armónica,
quienes afirmaban que el discernimiento y el instinto eran los
verdaderos principios normativos de la armonía. Sin embargo, al
reconocer el efecto profundo de la música sobre los sentidos y las
emociones, Pitágoras no vacilo en influenciar a la mente y al cuerpo con
lo que el denomino “medicina musical”.
Pitágoras demostró una
preferencia tan marcada hacia los instrumentos de cuerda que fue aun mas
lejos al advertirle a sus discípulos contra permitirle a sus oídos que
se corrompieran con los sonidos de las flautas o los címbalos. Más
adelante, el dijo que el alma podía ser purificada de sus influencias
irracionales por medio de canciones solemnes que fueran cantadas
acompañadas por la lira. En su investigación sobre el valor terapéutico
de las armonías, Pitágoras descubrió que los siete modos ---o
claves--- del sistema griego de música tenían el poder de incitar o
apaciguar las diferentes emociones. Se dice que una noche, mientras
observaba las estrellas, encontró a un hombre joven aturdido por una
fuerte bebida, furioso y celoso, que estaba amontonando gavillas en la
puerta de su enamorada con la intención de quemar la casa. El desvarío
del joven fue aumentado por un flautista que estaba un poco más lejos
tocando una melodía en el incitador modo frigio. Pitágoras indujo al
músico a cambiar su tonada al suave y rítmico modo espondaico, en donde
el intoxicado joven inmediatamente se torno sereno y, recolectando sus
manojos de madera, regreso silenciosamente a su casa.
También existe un relato
sobre como Empedocles, un discípulo de Pitágoras, salvo la vida de su
posadero, Anchitus, al cambiar rápidamente el modo de una composición
musical que él estaba tocando cuando el segundo fue amenazado de muerte
con la espada de alguien cuyo padre el había condenado a la ejecución
pública. También es conocido que Escolapio, el físico griego, curo la
ciática y otras enfermedades de los nervios al soplar con mucha fuerza
una trompeta en presencia del paciente.
Pitágoras curo muchas
dolencias del espíritu, alma y cuerpo al ejecutar ciertas composiciones
musicales, especialmente preparadas, en presencia de la víctima o al
recitar personalmente cortas selecciones de poetas tan antiguos como
Hesiodo y Homero. En su universidad en Crotona era costumbre de los
pitagóricos abrir y cerrar cada día con canciones ---las de la mañana
estaban calculadas para aclarar la mente después del sueño e inspirarla
para las actividades del día siguiente; las de la noche eran de un modo
sedante y relajante, que invitaban a descansar. En el equinoccio de
primavera, Pitágoras llamo a sus discípulos a reunirse en un círculo y
los llevo a cantar y tocar uno de sus números acompañándolo con una
lira.
Iamblico describe la
música terapéutica de Pitágoras de la siguiente forma: “Y hay ciertas
melodías trazadas como medios contra las pasiones del alma, y también
contra el desaliento y el lamento, que Pitágoras creo como cosas que
proveen la ayuda más grande para estas enfermedades. Y, de nuevo, el
utilizo otras melodías contra la furia y el coraje, y contra cada
aberración del alma. También hay otro tipo de modulación creada como un
remedio contra los deseos.” (Ver La Vida de Pitágoras).
Es probable que los
pitagóricos reconocieran una conexión entre los siete modos griegos y
los planetas. Para poner un ejemplo, Plinio dice que Saturno se mueve
en el modo dorio y Júpiter en el modo frigio. También es manifiesto que
los temperamentos están arreglados en cierto tono a los diversos modos;
de igual forma, las pasiones. De este modo, la ira ---que es una
pasión ardiente--- puede acentuarse por un modo ardiente o su poder
puede neutralizarse por un modo acuoso.
Emil Nauman resume el
efecto de largo alcance ejercido por la música sobre la cultura de los
griegos de la siguiente manera: “Platón menosprecio la noción de que la
música fue destinada únicamente para crear emociones alegres y
agradables, antes bien mantuvo que debe inculcar el amor por todo lo
noble y el odio hacia todo lo malo, y que nada puede influenciar tan
fuertemente los sentimientos más recónditos del hombre como la melodía y
el ritmo. Firmemente convencido de esto, el estuvo de acuerdo con
Damon de Atenas, el instructor de música de Sócrates, en que la
introducción de una escala nueva y presumiblemente debilitante pondría
en peligro el futuro de una nación entera, y que no era posible alterar
una clave sin estremecer los fundamentos del Estado. Platón afirmo que
la música que ennoblecía la mente era de una clase mucho más alta que
aquella que meramente apelaba a los sentidos; y el insistía fuertemente
en que el máximo deber de la Legislatura era suprimir toda la música de
un carácter que fuera lascivo y decadente y fomentar solo aquello que
fuese puro y digno; las melodías vigorosas e incitadoras eran para los
hombres; mientras que las suaves y calmantes eran para las mujeres. De
esto se evidencia que la música formo una parte considerable en la
educación de la juventud griega. También se tenía que ejercer sumo
cuidado al seleccionar la música instrumental, ya que la ausencia de
palabras llevaba a un significado dudoso y era difícil prever si ejercía
una influencia benigna o funesta sobre las personas. El gusto popular,
que siempre era entretenido por los efectos sensuales y llamativos,
tenía que ser tratado con su merecido desprecio.” (Ver La Historia de la Música).
Aun en la actualidad, la
música marcial es usada con un efecto eficaz en tiempos de guerra; y la
música sacra, si bien no tenía mucho desarrollo conforme a la teoría
antigua, todavía influye profundamente en las emociones de los laicos.
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Traduccion del original en ingles The Philosophy of Music del libro The Secret Teachings of All Ages de Manly P. Hall. Sanchez y Rivera, Traductoras. 2011, Puerto Rico.
Sibila.
Solo los iniciados e iluminados entenderían estos temas tan exquisitos y sensibles.El que compone intuitivamente,recibe esas coordenadas místicas de los intervalos armónicos de las esferas en esos Patrones vibracionales Armonicos.
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