El Laurel, según los antiguos, estimulaba los dones proféticos. Paracelso hablaba de la "Dafnomancia" o adivinación con las hojas de Laurel. Con sus ramas, se hacia una corona que se ponía el adivino, después se echaba al fuego una rama seca y por el chisporroteo, el centelleo de las ramas y el humo; estos adivinos sacaban sus presagios. Los griegos, a su regreso del famoso "oráculo de Delfos", se coronaban con sus hojas si el oráculo les había sido favorable. En Roma se coronaba con él las cabezas de los héroes, pues creían que protegía contra el rayo. Según Plinio " Entre las cosas que crecen en la Tierra, el rayo nunca cae sobre el Laurel". Quizá de esta tradición romana, deriva la costumbre que tenían en algunas zonas de Galicia de quemar ramas de Laurel para preservar la casa de los rayos los días de tormenta. Los romanos adornaban las puntas de sus lanzas con ramas de Laurel si eran portadores de un mensaje. Las naves que regresaban a casa victoriosas, eran engalanadas con ramas de Laurel como símbolo de protección divina y victoria. También se suponía que daba la inmortalidad, por ello se plantaban frente a los palacios de los emperadores. En la Edad Media se coronaba con Laurel a los poetas, artistas y sabios. También se les ofrecía una rama de Laurel a los aprobados en las pruebas de retórica, quizá por eso se les empezó a denominar "bacca laureatus" (Bachiller). En la antigüedad se utilizó para conjurar el mal de ojo. Existía la creencia de que las meigas o brujas, podían metamorfosearse en moscas y molestar a las vacas para que no dieran leche y perjudicar así al dueño de la misma. Para librarse de estas moscas-brujas los pastores rociaban a las vacas enfermas con agua bendita donde se maceraban hojas de Laurel.
En muchas regiones de la península ibérica existe la costumbre de bendecir ramas de Laurel el domingo de ramos, para proteger las casas durante todo el año. En Aragón existía una tradición, donde los campesinos enterraban ramos benditos para proteger los campos. Utilizaban ramas de laurel, consagrado a Apolo, olivo bajo cuyas ramas entró Cristo aclamado por la multitud en Jerusalén.
Activador de vitalidad, optimismo y fortaleza; incrementa nuestra capacidad de realización en la vida y nos ayuda a sobreponernos en las dificultades y limitaciones. El Laurel nos conecta con las fuerzas telúricas de la Tierra, equilibrando nuestros centros energéticos. Lo utilizaremos en personas que necesiten incrementar su poder y seguridad personal; para conseguir una meta que nos hayamos propuesto o nuestras aspiraciones más profundas. Nos ayuda a conectar con nuestra parte interna, intelectual o espiritual; despierta nuestro instinto y nuestra magia interior. Acudid a él en momentos de fracaso personal, baja vitalidad, desorientación y pesimismo; para sentirnos protegidos y capaces de avanzar en la vida con seguridad y alegría. Para personas auto anuladas, inseguras y resentidas; les hace sentirse útiles, dichosas y realizadas. En magia se utiliza para atraer buena suerte, riqueza y amor. En rituales de purificación y percepción psíquica. Protege de las malas energías.
Conexión espiritual y sabiduría. Equilibra y estimula todos los Chakras o centros de energía, vitalizando la salud física y el plano etérico. El Laurel plantado cerca de la casa protege a sus moradores de la enfermedad. Añadir el cocimiento de las hojas de Laurel al baño, aportando a este propiedades antisépticas, relajantes y de protección.
e llevaba como amuleto para repeler el mal y las fuerzas negativas, quemándose en el pasado durante los rituales de exorcismo.
Hierba protectora y de purificación por excelencia, en ceremonias de purificación se usaba una ramita de Laurel para esparcir el agua sacralizada. En ramilletes colocados tras la puerta, proporciona protección de la casa y la salud de sus moradores. S
- Hacer un sahumerio para deshacer maldiciones y malos encantamientos con las hojas de Laurel mezcladas con Sándalo.
- Para alejar entidades negativas y favorecer la armonía familiar, hacer un sahumerio de tres hojas de Laurel. Echar las tres hojas de Laurel sobre carboncillos encendidos y esparcir el humo por el lugar, elevando una oración con el pedido y agradecer después a la planta y fuerzas superiores correspondientes.
Hacerlo con la debida conciencia de lo que se está haciendo. Al defumar estamos invocando a fuerzas superiores para que nos brinden su ayuda, el propósito debe ser noble y verdaderamente necesario. - Escribir un deseo en las hojas de Laurel, quemándolas después para que se hagan realidad.
Sibila. |
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