miércoles, 3 de agosto de 2011

Leyendas de San la Muerte.

Cabría pensar que hay una sola leyenda por cada imagen que tomó el aborgen al huir del español. Y así como previamente había tallado con sus manos la imagen en la madera, dándole forma a su significado con la distinta percepción de su Santo, de su Dios o de su Protector. Entre las más difundidas encontramos la que cuenta que una vez existió un Rey, que adquirió fama por su ecuanimidad al administrar justicia. Cuando este muere va al cielo, y al estar en presencia de Dios, éste le concede su mérito en la tierra y le concede una gracia. El Rey lepide una tarea para poder seguir siendo útil. Entonces Dios le muestra un lugar del cielo repleto de velas encendidas de distintos tamaños, y le dice que cada una correspondía a una vida humana, y que cada hombre moría cuando la llama de su vela se extinguía. En ese momento Dios le encomienda el trabajo de bajar a la tierra a buscar las almasde los muertos para conducirlas ante El.
Otra leyenda cuenta que en la Nacióndel Guacán, en lo que hoy es Santa Ana de los Guácaras, los indios antes de huir hacia la selva tomaron el templo de la Misión un triptico en donde estaba representada la Tentación de Jesús en el Pináculo del templo de Salomón, con las imágenes de Jesús en el centro, el Diablo de un lado y la Muerte del otro. Cada una de éstas tablas dio posteriormente origen a un culto en particular, San Dablo, culto que se halla casi extinto, y San la Muerte cuyo culto se extendió a otras tribus.
Otra leyenda circula en la zona del Iberá, con algunas variaciones ya que en algunos casos se habla de un payé o médico brujo y en otras de un sacerdote jesuita o franciscano. Cuenta que vivía en un poblado cercano a una prisión que tenía un pabellón para leprosos.
En esa época no existía tratamiento para esta enfermedad y era considerada muy contagiosa, por eso a los enfermos de lepra se los aislaba para evitar el contacto con ellos.
este "payé" llega a se famoso por su poder de curación, por medio de brebajes, de la administración de yuyos, "curaciones de palabra" y "oraciones". Los sacerdotes, celosos de su influencia en el pueblo, lo hicieron arrestar, y acusado de "brujería", fue condenado a permanecer en el leprosario.
El médico brujo no opuso resistencia a su condena, pero en protesta se paró frente a la puerta de la celda apoyado en su callado (especie de bastón largo), negándose a pronunciar palabras y a recibir alimentos. Pasado un tiempo su carcelero lo halla en ést posición, muerto con la piel pegada a los huesos.
 
                                                     
 

En algunas versiones de la misma leyenda, se cuenta que solían ver al payé sentado en cuclillas a la orilla del río, con las manos en el mentón y un balde a su costado en el que recogía agua para dar a los enfermos, una imagen totalmente asimilable a la del Señor de la Paciencia.
En las tribus guaraníes el médico brujo y el cacique eran los miembros más repetados ya que regulaban y modelaban la vida de los demás. Cuando el médico brujo comenzaba a envejecer, escogía entre los jóvenes de la tribu a su sucesor para trasmitirle sus conocimientos. El cndidato debía demostrar que era digno depositario de su sabiduría superando una prueba. El postulante debía internarse en la selva, sin revelar a nadi el lugar, y pasar 7 días sentado sobre un tronco, sin comer ni beber. Además sería sometido a tentaciones, y a horrorosas visiones para hacerlo desistir de su objetivo.
Cuentan en una tribu donde ya había elegido un sucesor, el candidato antes de salir a cumplir la prueba, la reveló a su novia el sitio donde iba a estar.
Pasados los 7 días no regresa a la tribu. Su novia, preocupada sale a buscarlo, y en el sitio revelado por él encuentra un esqueleto sentado en un tronco de árbol, porque los dioses habían castigado su falta haciéndolo devorar por las hormigas.
Su novia, llorando tomó un hueso de la mano(falange), para guardarlo como reliquia. Al volver a su hogar, encuentra a su madre gravemente enferma, y aferrada al huesito que llevaba implora a su novio para que interceda ante Tupá para que su madre sane. Tupá conmovido por el amor de ésta pareja, la cura. Por eso se lo nombró abogado de la tribu guaraní.


EUGENIA MOYANO (AUTORA)
 
Sibila.
 
 
 

 
 

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